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La melanina es un pigmento natural, responsable del color de la piel, del cabello y las diferencias raciales, producido por unas células, los melanocitos, localizados en las capas más superficiales de la piel y en el folículo piloso.

La melanina en exceso causa la mayor parte de las lesiones pigmentadas que aparecen en la piel.

La exposición solar inadecuada produce trastornos en la piel como quemaduras o fotoenvejecimiento, alteraciones en la pigmentación “manchas” y cánceres cutáneos.

Hay diferentes tipos de pigmentaciones; así podemos encontrar desde efélides o pecas, léntigos (como el léntigo senil que aparece a partir de los 40 años en el dorso de las manos, en la cara, escote, en general en zonas relacionadas con la exposición solar crónica), hasta hiperpigmentaciones típicas de las mujeres, como el melasma-cloasma, relacionadas con factores hormonales y que aparecen en embarazos, por toma de anticonceptivos, o en la menopausia junto con exposiciones solares prolongadas, y aparecen en pómulos, mandíbula, labio superior y frente.

Para su tratamiento, es apropiado combinar el tratamiento domiciliario con despigmentantes tópicos y tratamientos realizados en consulta. En todos los casos se debe utilizar protección solar.

En consulta se realizan peelings químicos que con la aplicación de agentes despigmentantes químicos sobre la piel consiguen una exfoliación controlada de la piel pigmentada.